Tras un día de intensa niebla en el Parque Natural de Ubiñas-las Mesas en el que apenas nos asomamos al cazadero, realmente estaba mas de ·chigre” que de monte, nos amaneció una mañana fría pero soleada. Sabíamos que la tregua no iba a durar por lo que desde las primeras luces cogimos camino.
Una larga subida de ladera, con un remate final en vertical hacia un paso entre sierras, nos dejó sobre una hoya, bien fortificada por imponentes alturas. Estábamos en el cazadero.
Vamos divisando rebecos, grupos de hembras con crías, otro mas y otro… Por fin tres machos, los desechamos y seguimos buscando el nuestro. Dos nuevos machos a la izquierda, ” ese es bueno” afinamos el “tubo” y nos lo corrobora. Nuestro guía lo descarta, “es joven y tiene un gran futuro”.
Por fin asoma imponente sobre la cumbre, este tiene que ser: Abierto, grueso…Empieza a nevar ligeramente y hay que espabilar, el rebeco está a 600 metros.
Logramos aproximarnos a 307 metros y hay que afrontar el lance final, ya no nos deja acercarnos mas. Cuerpo a tierra, interminables segundos, por fin se produce el disparo y el animal cae fulminado.
Cielo azul de nuevo pero negros nubarrones por el sur que traen fuerte temporal. Cobramos el animal y, con trofeo y carne en las mochilas y un rápido “piscolabis” en el buche, emprendemos la bajada. Vuelve a nevar.
Felicidades al cazador que estuvo guiado por Javier (Guarda de la reserva), El gran Zapico y Pablo.
Se empleo un Blaser R 93 de calibre .270 WSM con munición Federal.
